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La humanidad ha estado reciclando desechos desde la antigüedad. En particular, en la agricultura, siempre ha sido una práctica generalizada la reutilización de los residuos orgánicos obtenidos en el proceso de las actividades agrícolas y domésticas.
Desde la segunda mitad del siglo XX, el tratamiento de residuos se ha considerado como uno de los medios de lucha contra la contaminación ambiental y el uso racional de los recursos naturales y la energía.
El proceso de Reciclar residuos es una actividad que consiste en el manejo de residuos con el fin de asegurar su reutilización en la economía nacional y la obtención de materias primas, energía, productos y materiales.
Es una alternativa ecológica a la eliminación de residuos convencional. Permite reducir la cantidad de recursos utilizados, así como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El reciclaje puede evitar la eliminación de materiales potencialmente útiles y reducir el consumo de materias primas primarias, reduciendo así el consumo de energía, la contaminación del aire (de la incineración), la contaminación del agua, la contaminación del suelo (de los vertederos).
Según la jerarquía generalmente aceptada de consumo responsable y gestión de residuos, se da el primer lugar al principio de reducción de la generación de residuos, luego a reutilizar y al reciclaje, y luego a la incineración. El método de relleno sanitario se considera la opción menos preferida.
Se ha convertido en una de las formas de negocio que desarrollan empresas estatales y privadas.
El reciclaje es un proceso cuyo objetivo es convertir residuos en nuevos productos o en materia prima para su posterior utilización. Se previene el desuso de materiales potencialmente útiles, se reduce el consumo de nueva materia prima y el uso de energía. Adicionalmente, se previene la contaminación del aire (a través de la incineración) y del agua (a través de los vertederos), así como también se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la producción de plásticos.
El reciclaje es un componente clave en la reducción de desechos contemporáneos y es el tercer componente de las 3R («Reducir, Reutilizar y Reciclar»).
Las tres erres consisten en una práctica para alcanzar una sociedad más sostenible.
1. Reducir: acciones para reducir la producción de objetos susceptibles de convertirse en residuos, con medidas de compra racional, uso adecuado de los productos, compra de productos sostenibles.
2. Reutilizar: acciones que permiten el volver a usar un determinado producto para darle una segunda vida, con el mismo uso u otro diferente. Medidas encaminadas a la reparación de productos y alargar su vida útil.
3. Reciclar: el conjunto de operaciones de recogida y tratamiento de residuos que permiten reintroducirlos en un ciclo de vida. Se utiliza la separación de residuos en origen para facilitar los canales adecuados.
Los materiales reciclables son muchos, e incluyen todo el papel y cartón, el vidrio, los metales ferrosos y no ferrosos, algunos plásticos, telas y textiles, maderas y componentes electrónicos. En otros casos no es posible llevar a cabo un reciclaje debido a la dificultad técnica o alto coste del proceso, de modo que suele reutilizarse el material o los productos para producir otros materiales y se destinan a otras finalidades, como el aprovechamiento energético.
También es posible realizar un salvamento de componentes de ciertos productos complejos, ya sea por su valor intrínseco o por su naturaleza peligrosa.
El símbolo de reciclaje
En 1988, la Asociación de la Industria de los Plásticos en Estados Unidos tomó como base al símbolo de reciclaje para crear un código que permite saber cuál es el material predominante en la fabricación de un producto y, por tanto, identificar la complejidad de su reciclaje. Este código utiliza una escala del uno al siete e identifica una serie de plásticos.
El uno es para aquellos productos elaborados con tereftalato de polietileno (PET) y que son los más fáciles de reciclar. La dificultad del reciclaje aumenta con la escala hasta el número siete, el cual se emplea para aquellos productos fabricados con materiales de plástico realmente difíciles de reciclar. El número que le corresponde a cada material se encuentra dentro del símbolo de reciclaje, las tres flechas creadas por Gary Anderson.
Número 1: plástico PET o tereftalato de polietileno
Número 2: plástico polietileno de alta densidad
Número 3: plástico PVC o policloruro de vinilo
Número 4: plástico polietileno de baja densidad
Número 5: plástico polipropileno
Número 6: poliestireno, como el PS o ABS
Número 7: otros plásticos como policarbonatos, poliamidas o poliuretanos
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