El Suicidio
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El Día Mundial para la Prevención del Suicidio se conmemora cada 10 de setiembre. Se trata de un evento promovido desde el año 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud.
A propósito de este día, es necesario recordar que cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad "global" de 16 por 100 000, o una muerte cada 40 segundos
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU., el suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con uno o más de los siguientes factores:
1. Trastorno bipolar
2. Trastorno límite de la personalidad
3. Depresión
4. Consumo de alcohol o drogas
5. Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
6. Esquizofrenia
7. Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las relaciones interpersonales
--- Síntomas ---
Según la Clínica Mayo de EE.UU., los siguientes son algunos signos y síntomas de pensamientos suicidas:
Hablar acerca del suicidio; por ejemplo, hacer afirmaciones como "voy a matarme", "quisiera estar muerto" o "desearía no haber nacido".
Obtener los medios para atentar contra tu propia vida, como comprar un arma o almacenar píldoras.
Retraimiento de la vida social y deseo de estar solo.
Tener cambios de humor, como pasar de estar eufórico un día a estar profundamente desalentado al día siguiente.
Preocuparse por la muerte, por el hecho de morir o por la violencia.
Sentir desesperanza o impotencia ante una situación.
Aumentar el consumo de alcohol o de drogas.
Sufrir cambios en la rutina normal, por ejemplo, cambios en la alimentación y en los horarios de sueño.
Hacer cosas riesgosas o autodestructivas, como consumir drogas o conducir con imprudencia.
Regalar las pertenencias o dejar en orden los asuntos materiales cuando no existen motivos lógicos para hacerlo.
Despedirse de las personas como si la despedida fuera definitiva.
Desarrollar cambios de personalidad o estar sumamente ansioso o agitado, en particular al experimentar algunos de los signos de advertencia antes indicados.
La Clínica Mayo aclara que los signos de advertencia no siempre son evidentes y pueden variar de una persona a otra. Algunas personas dejan en claro sus intenciones, en tanto que otras conservan en secreto sus pensamientos y sentimientos suicidas.
--- Factores de riesgo ---
Si bien los hombres son más propensos que las mujeres a morir por suicidio, las mujeres son dos veces más propensas a intentar suicidarse. En ese sentido, la mencionada clínica advierte que puede existir riesgo de suicidio en los siguientes casos:
Si te sientes desesperanzado, desvalorizado, agitado, aislado socialmente o solo.
Si experimentas sucesos de vida estresantes, como la muerte de un ser querido, el servicio militar, una ruptura sentimental, o problemas legales o financieros.
Si tienes un problema de abuso de sustancias; el abuso de drogas o de alcohol pueden agravar los pensamientos suicidas y hacerte sentir lo suficientemente temerario o impulsivo para ejecutarlos.
Si tienes pensamientos suicidas y acceso a armas de fuego en tu hogar.
Si tienes un trastorno psiquiátrico preexistente, como depresión profunda, trastorno de estrés postraumático o trastorno bipolar.
Si tienes antecedentes familiares de trastornos mentales, de abuso de sustancias, de suicidio o de violencia, como maltrato físico o abuso sexual.
Si sufres una enfermedad que pueda provocar depresión y pensamientos suicidas, como enfermedades crónicas, dolores crónicos o enfermedades terminales.
Si eres lesbiana, gay, bisexual o transgénero y tu familia no te brinda apoyo o tu entorno es hostil.
Si has intentado suicidarte en el pasado.
--- Prevención ---
Sobre este punto, la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU. y la Clínica Mayo subrayan las siguientes recomendaciones:
(Si eres la persona afectada)
Busca el tratamiento que necesites. Si no tratas la causa de fondo, es posible que los pensamientos suicidas regresen. El tratamiento adecuado hará que te sientas mejor y ayudará a mantenerte a salvo.
Crea una red de apoyo. Hablar de los sentimientos suicidas puede ser difícil, y es posible que tus amigos y familiares no comprendan completamente por qué te sientes de ese modo. Sin embargo, sentirte conectado y contenido puede ayudar a reducir el riesgo de suicidio.
Recuerda que los sentimientos suicidas son temporales. Si te sientes desesperanzado o sientes que seguir viviendo no vale la pena, recuerda que el tratamiento puede ayudarte a recuperar la perspectiva y a mejorar tu vida. Tómalo con calma y no actúes impulsivamente.
(En casas con niños o adolescentes)
Almacena todos los medicamentos recetados en una parte alta y bajo llave.
NO guardes alcohol en la casa o mantenlo bajo llave.
NO guardes armas de fuego en la casa. Si las tiene, guárdalas bajo llave y coloca las balas en un lugar separado.
(En casas con adultos mayores)
Investiga a profundidad los sentimientos de desesperanza, de ser una carga y de no pertenecer.
Muchas personas que tratan de suicidarse hablan del tema antes de hacer el intento. Algunas veces, simplemente hablar con alguien a quien le importe y que no haga juicios es suficiente para reducir el riesgo de suicidio.
Sin embargo, si tienes pensamientos suicidas o conoces a alguien que crees que puede intentar suicidarse, nunca trates de manejar el problema por tu cuenta.
BUSCA AYUDA DE INMEDIATO.
Bibliografia:
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www.wikipedia.org
Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2003.
Nueva Enciclopedia Tematica Grolier 2012
https://www.ecured.cu
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