martes, 24 de noviembre de 2015

El Origen de los Cuentos para Niños - Resumen



EL ORIGEN DE LOS CUENTOS  PARA NIÑOS
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Se entiende por literatura infantil la literatura dirigida hacia el lector infantil, más el conjunto de textos literarios que la sociedad ha considerado aptos para los más pequeños, pero que en origen se escribieron pensando en lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro, El libro de la selva o Platero y yo). Podríamos definir entonces la literatura infantil (y juvenil) como aquella que también leen niños (y jóvenes).

En otro sentido del término, menos habitual, comprende también las piezas literarias escritas por los propios niños. Por otro lado, a veces se considera que el concepto incluye la literatura juvenil, escrita para o por los adolescentes; pero lo más correcto es denominar al conjunto literatura infantil y juvenil o abreviado LIJ.

La literatura para niños ha pasado de ser una gran desconocida en el mundo editorial a acaparar la atención del mundo del libro, donde es enorme su producción, el aumento del número de premios literarios de LIJ y el volumen de beneficios que genera. Esto se debe en gran parte al asentamiento de la concepción de la infancia como una etapa del desarrollo humano propia y específica, es decir, la idea de que los niños no son, ni adultos en pequeño, ni adultos con minusvalía, se ha hecho extensiva en la mayoría de las sociedades, por lo que la necesidad de desarrollar una literatura dirigida y legible hacia y por dicho público se hace cada vez mayor.

La literatura para niños ha tenido, tradicionalmente, un foco muy marcado en la transmisión de una moral específica. Con el pasar de los años, estas "morales" se han ido adaptando y es por ello que en muchos cuentos tradicionales, se han alterado los finales o incluso su núcleo argumental.

Jean Piaget ha demostrado que el niño "crea" como mecanismo natural para descubrir su entorno.

La literatura para niños, ha funcionado como un mecanismo formativo-rector de adaptación del niño a su contexto social.

EL CUENTO INFANTIL

Es el que se refiere o que va dirigido para los niños. Siempre ha sido importante bien establecer los conceptos vinculados con los términos que corrientemente son de aplicación.

Actualmente puede utilizarse la expresión cuento infantil para señalar o para referirse a los cuentos escritos por niños.

Los términos cuento infantil y cuento para niños con cierta frecuencia se suelen utilizar como sinónimos, pero hoy día se constata :

    a) una alta alfabetización de los niños en el correr del siglo XX y en lo que va del siglo XXI ;
    b) una gran promoción de la creatividad en el sistema escolar, en sus diversas formas, y ya desde edades tempranas;
    c) el establecimiento de concursos literarios para niños con relativa frecuencia en las últimas décadas

Los cuentos han sido parte del crecimiento de muchos, si no es que de todos los seres humanos desde tiempos muy antiguos, permiten jugar con la imaginación, fantasear y crear nuevos mundos, personajes, paisajes, seres irreales. Estos les ayudan también en el habla y en el desarrollo de cómo expresarse y tener interacción con otros tipos de comunicación. Esta es una forma clara de abrir nuestra mente a cosas nuevas, la creatividad y la enseñanza son parte fundamental de estos ya que el leerlos no solo te divierte o entretiene, si no te aporta conocimiento o aprendizaje para la vida diaria. Es importante impulsar la lectura de estos ya que así estas tradiciones no se perderán, existen cuentos mexicanos que resaltan la belleza de nuestras costumbres, de esta forma alimentamos el habito familiar de leer, revivir tradiciones culturales y tener niños con la capacidad de imaginar.

Resulta imposible averiguar quiénes han sido los autores de muchos cuentos famosos que han llegado a nosotros en el transcurso de los siglos. Con el tiempo sus nombres se han olvidado o se han perdido. Así sucede con la extensa antología que se conoce por Las mil y una noches, colección de cuentos orientales llena de fantásticos personajes de Asia. Su origen hay que buscarlo en muy antiguas narraciones anónimas chinas, persas, indias y egipcias. Del idioma original, el orientalista J. C. Mardrus las tradujo al francés, y luego los cuentos fueron vertidos al castellano por el escritor Blasco Ibáñez. Actualmente existen otras traducciones.
Las mil y una noches contiene famosas historias muy divulgadas en el mundo de los niños, tales como:
Aladino y la lámpara maravillosa, Alí Babá y los cuarenta ladrones y Simbad el marino.

STRAPAROLA FUE UN HERALDO DE LA LITERATURÁ INFANTIL

En Venecia, la hermosa ciudad que ya por sí misma parece un cuento de hadas, cuyos antiguos palacios y magníficos templos levantan su majestad entre las aguas tranquilas del Adriático, como por obra de la varita de un mago, vivía, en los comienzos del siglo xvi, un hombre que se llamaba Juan Francisco Straparola.
Sólo sabemos de este hombre que era un notable cuentista.
En aquel tiempo Venecia era la maravilla del mundo y todos los sabios acudían a ella atraídos por la fama de sus riquezas y sus grandes personalidades.
Straparola, que era escritor, fue a Venecia porque era la ciudad más nombrada entre las que cultivaban la industria de la impresión de libros, allí vivió muchos años en una casa desconocida, junto a un antiguo canal, escribiendo sus cuentos, que daban a luz las imprentas venecianas.
No se pueden considerar cuentos de hadas todas las historias que escribió Straparola; pero como se inspiró siempre en las leyendas populares, cuentos son, más que otra cosa, la mayoría de sus escritos. A Juan Francisco Straparola se debe la versión original del famoso cuento El gato con botas, aunque en ese primer cuento, tal como lo cuenta Straparola, el ingenioso gatito no llevaba botas.
Hacia fines del siglo xvii y a comienzos del xviii, “la riente Francia” era célebre por sus cuentistas. Entonces fue cuando los famosos cuentos Barba. Azul, La bella durmiente del bosque, La madre Oca, La bella y el monstruo, y otros muchos tomaron la forma en que hoy son conocidos.
Los dos grandes cuentistas de aquel tiempo fueron un parisiense llamado Carlos Perrault y una condesa, madame de Aulnoy. Y tenemos que admirar tanto más los trabajos del olvidado Straparola cuanto que sabemos que la condesa de Aulnoy, lo mismo que Perrault, se inspiraron para escribir sus cuentos en las narraciones del cuentista italiano, las cuales modificaron y relataron a su manera. Carlos Perrault debió de ser un hombre excelente, afable y bondadoso ocupado en asuntos del Estado, pues tenía a su cargo la conservación de los edificios reales y era además miembro de la Academia de la Lengua , para haber tenido humor y tiempo de relatar a sus hijos sus deliciosos cuentos y escribirlos para los niños de todo el mundo.
Contaba ya cerca de setenta años cuando se publicó el más importante de sus libros de cuentos, dedicado a uno de los jóvenes príncipe de Francia. En dicho libro Perrault hacía referir sus historietas a uno de sus propios hijos, lo cual no era más que un medio simpático de recomendarlos a la juventud.
Perrault, no obstante ser un hombre docto, jamás se avergonzó de haber establecido la moda de escribir cuentos de hadas, la cual por entonces se extendió mucho entre señores y señoras, que en ello ocupaban sus ocios. El título del libro de Perrault era: Historia o cuento de los tiempos pasados, pero fue aún más conocido por este otro: Cuentos de la madre Oca.

LA AUTORA DE “LA CENICIENTA” Y MUCHOS OTROS CUENTOS INFANTILES

Una de las grandes señoras con- temporáneas de Perrault, que se entretenían en escribir cuentos de hadas, era la condesa de Aulnoy, María Catalina Jumel de Bernéville. La Cenicienta y muchos otros cuentos infantiles fueron tomados por esta señora de los que escribió Straparola.
Hubo otras muchas señoras que en los tiempos de la condesa de Aulnoy se dedicaron a esta deliciosa labor, pero ninguna logró distinguirse gran cosa, y como todas se inspiraron en el no muy conocido autor que, cien años antes, escribía junto a los canales venecianos, nosotros debemos admirar, sobre todo, al italiano.
Es muy probable que los nombres de los autores que hemos mencionado sean desconocidos para muchos de nuestros pequeños lectores, pero ahora nos ocuparemos de otros que son mucho más familiares.

LOS HERMANOS GRIMM Y LAS LEYENDAS ALEMANAS: “PULGARCITO”

Sentimos especial placer al oír el nombre de Grimm. Pulgarcito, La reina de las abejas, Hartsel y Gretel, El príncipe de las ranas, y tantos otros cuentos que los niños de todo el mundo han leído desde hace un siglo, fueron escritos por dos hermanos llamados Grimm, que vivieron en Alemania en la primera mitad del si- gb pasado. Jacobo Grimm, el mayor de ellos, nació en la ciudad de Hanau, el 4 de enero de 1785, y su hermano Guillermo, el 24 de febrero de 1786.

Estos dos hermanos parecían los menos aptos para dedicarse a escribir cuentos infantiles. Eran hombres de estudio, graves, sobrios, dedicados al cultivo de la literatura y a la enseñanza, y llegaron a ser profesores en la universidad de Berlín. Eran dos verdaderos doctores que ansiaban, sobre todo, escribir obras destinadas a los estudiantes. No obstante, casi sin darse cuenta, se hicieron famosos al recopilar en un libro las antiguas leyendas alemanas. Sus libros han sido traducidos a todos los idiomas del mundo, y el nombre de Grimm se hizo célebre en Alemania, en el resto de Europa y en América.
En sus frecuentes viajes por el campo, los hermanos Grimm se aproximaban a los humildes campesinos para invitarles a que les refiriesen cuantas leyendas supieran.

HANS CHRISTIAN ANDERSEN ERA HIJO DE UN ZAPATERO REMENDÓN

Otro hombre famoso entre los escritores de cuentos de hadas es Hans Christian Andersen, el notabilísimo cuentista danés, escritor de más importancia artística que los hermanos Grimm.
Hans Andersen parecía conocer las hadas y ser su amigo, pues la mayoría de sus cuentos maravillosos tales como El pequeño Klaus, La sirenita, La casa de madera, Los cisnes salvajes, El patito feo y La reina de las nieves no los aprendió de la gente del campo, sino que se los sugirieron las hadas que poblaban su imaginación.
Podríamos decir que, mientras Hans Andersen era particular amigo de las hadas, los hermanos Grimm y los otros autores a quienes hemos mencionado, sólo hablaban de las hadas por referencias.
Hans Christian Andersen era un hombre extraordinario. Hijo de un pobre zapatero remendón, nació en el año 1805 en la antigua ciudad de Odense, Dinamarca.
El zapatero remendón era un hombre instruido a su manera, y se pasaba las noches leyendo libros a su hijo Hans, quien fue creciendo hasta hacerse un muchacho alto y excesivamente delgado.
Sus padres no se mostraron muy exigentes respecto a su educación, la cual resultó bastante irregular y defectuosa, pues el niño no frecuentaba la escuela asiduamente. Sin duda su sensibilidad era más exquisita que la de sus condiscípulos y sus nervios fácilmente irritables. Por ello su madre se vio obligada a solicitar del profesor que no castigara nunca a su hijo Hans.
Cierto día, habiendo olvidado el profesor la promesa hecha a la madre de Hans, le dio un palmetazo, e inmediatamente el hijo del zapatero tomó sus libros y se marchó a su casa. Entonces la madre lo mandó a otro colegio, donde conoció a una niña, condiscípula suya, quien le dijo en cierta ocasión que su deseo más ardiente era ser lechera en una casa de campo.

EL PRIMER CUENTO DE HANS ANDERSEN Y sus RESULTADOS

¡Tú serás la lechera de mi castillo cuando yo tenga castillo! Dijo bromeando Hans.
Y dibujó burdamente en la pizarra su castillo imaginario. Las pequeñas hadas de su fantasía ya estaban trabajando para Hans desde este preciso momento. El comenzó a inventar y dijo a la niña que ‘procedía de una familia ilustre, si bien las hadas lo habían cambiado de cuna a poco de haber nacido.
La muchacha se rio de Hans y volviéndose a los demás colegiales, les dijo, burlándose:
¡Está tan loco como su abuelo
En efecto, el abuelo de Hans era loco, de suerte que la descortés acogida que mereciera su primer cuento debió de herir en lo más íntimo al sensible joven.

NATHANIEL HAWTHORNE, AUTOR DE “EL LIBRO DE LAS MARAVILLAS”

Uno de los más notables escritores de cuentos de hadas vivió y murió en una de las más hermosas regiones de Estados Unidos de América. Nos referimos a Nathaniel Hawthorne.
Nació en 1804 en la antigua ciudad de Salem, en el estado de Massachusetts, a unos 24 kilómetros de la ciudad de Boston, y vivió entre gentes educadas en las viejas costumbres.
Fueron sus antepasados, durante varias generaciones, gente de mar. Su padre, también marino, no regresó de uno de sus largos y peligrosos viajes.
Nathaniel fue un muchacho sentimental y soñador, orgulloso de sus valientes antepasados y de la belleza de su madre.
Primero se dedicó a los deportes con gran entusiasmo; pero a causa de un accidente sufrido mientras jugaba a la pelota, se vio incapacitado para practicarlos durante algún tiempo.
Se dedicó entonces a leer libros de entretenimiento, y entre ellos, con gusto especial, La reina de las hadas y Los peregrinos.
En su, enfermedad sufrió una grave recaída, y su convalecencia duro tanto tiempo que fue aficionándose más y más a los libros, de manera que su accidente en los deportes no puede considerarse como una des- gracia.
A causa de dicho accidente, Nathaniel fue atesorando en su memoria las buenas enseñanzas de la literatura inglesa, de la cual tomó el estilo fluido y brillante, que puso de manifiesto tan pronto como se puso a escribir los cuentos que oía referir a la gente de la antigua ciudad de Salem.
Había ya escrito muchos cuentos antes de empezar el libro que hizo famoso su nombre, tan querido de la juventud y el que le dio derecho a considerarse incluido en el grupo de los “escritores amigos de las hadas”, El libro de las maravillas; este libro es una deliciosa colección de cuentos, que figura entre las obras más notables de esta amenísima literatura.

LAS ANTIGUAS LEYENDAS GRIEGAS NARRA DAS POR NÁTHANIEL HÁWTHQRNE

Cuando Hawthorne escribió La cabeza de Medusa, Las tres manzanas de oro, El vellocino de oro y otros cuentos recomendables para los niños, los hijos del autor eran muy pequeños.
Nathaniel, con su estilo único por su brillantez y amenidad, nos refiere las leyendas de la antigua Grecia, que contó primero a sus hijos, quienes tan felices se sentían con oírle y tal atención ponían en lo que les contaba su padre, que habrían podido repetir de memoria una buena parte de El libro de las maravillas antes de que hubiera sido impreso.

Hay otros notables autores de cuentos de hadas, entre ellos el estadounidense Joel Chandier Harris, que nació en el año 1848 y murió en julio de 1908, a cuyo ingenio se debe El tío Remus, una serie de cuentos de negros, muy originales.
Merecen citarse también el español Antonio de Trueba, notable novelista, que escribió cuentos infantiles de encantadora sencillez, y el poeta mexicano Juan de Dios Peza, famoso por su poesía Soldados y muñecas, y otras, en que ‘figuran niños.

EL NACIMIENTO DE “PINOCHO”

Por el año 1878 apareció en Italia un periódico para los niños: Giornale per i bambini. En cierta ocasión, para completar el texto de sus páginas, el director le pidió colaboraciones al escritor Lorenzini, conocido por el público con el nombre de Collodi.

Una noche a Lorenzini se le ocurrió inventar un personaje original, al que le puso el nombre de Pinocho. La historia resumida del nacimiento de Pinochó, es así: un viejo carpintero, Mastr’Antonio, al cual sus amigos llamaban Mastro Ciliegia (Maestro Cereza) por el color rojo de su nariz, fue un día a componer la pata de un taburete: tomó un trozo de palo y notó con asombro que la madera reía suavemente o lloraba como una criatura. Y cuando fue a rebajarla con el formón, oyó que le decía muy bajo: “No me golpees tan fuerte”.
Mastro Ciliegia le regaló la tabla al tallista Gepetto, el cual fabricó un títere maravilloso que sabía bailar, esgrimir la espada y dar saltos mortales. Sus andanzas dieron la vuelta al mundo para deleite de generaciones de niños. Le avventure di Pinochio: Storia di un burattino, en sus primeros tiempos fue ilustrada por Carlos Mazzanti y posteriormente por Salvador Bartolozzi, y Walt Disney le dio nueva vida en su película Pinocho.

“PETER PAN” QUERIA SER SIEMPRE NIÑO PARA MANTENERSE PURO

El novelista escocés Jaime Mateo Barrie, nacido en Forfarshire en el año 1860, fue autor de muchas piezas infantiles. Su obra más famosa y que le dio renombre universal es una obra teatral para niños titulada Peter Pan, basada en un cuento que él escribiera años antes. A través de su protagonista, el niño Peter Pan, se crea el mito de la infancia perenne; su héroe no quiere llegar nunca a ser hombre, pues ama la edad de los juegos, de los ensueños y la pureza de corazón.

Los Escritores Celebres También se acordaron de los niños.

Víctor Hugo, en El arte de ser abuelo, escribió historias de hadas, y también lo hizo Dickens en Canciones de
Navidad.
José Martí, el gran poeta y prosista cubano, dejó escritas muchas narraciones infantiles en varios de sus libros; y la famosa escritora Selma Lagerlof, en Viaje maravilloso de Nils Holgerson a través de Suecia, realiza una sugestiva creación de fantasía.

LOS ANIMALITOS CON ALMA: LAS CREACIONES DE WALT DISNEY

En el rincón solitario de la redacción de un diario estadounidense trabajaba el dibujante Walt Disney después que se habían retirado los redactores.
Un ratoncito que venía a reclamarle migajas de su bizcocho, le perdió el miedo y ganó su amistad. Otro le hubiera asustado quizás o le hubiera dado veneno, pero Disney dibujó su graciosa figura una y otra vez y así nació un personaje que se haría célebre: el ratón Mickey. Luego creó a Donald, el pato; Pluto, el perro; Bambi, el cervatillo; Dumbo, el gracioso elefantito.
Todos sus personajes y sus relatos infantiles están rodeados de un clima de ensueño y de lirismo; los animales hablan y actúan como seres humanos, y lo vasto y trascendente de su obra sitúa a Walt Disney a la misma altura de los grandes cuentistas de todos los tiempos.

Ha llevado al cine Blancanieves, Pinocho, Los tres cerditos, Peter Pan y otros personajes de la literatura infantil universal.



Bibliografía:

El Nuevo Tesoro de la Juventud, Editorial Cumbre, Tomo 05, México, 1976
Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2003.
Nueva Enciclopedia Tematica Grolier 2012
https://www.ecured.cu 


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