jueves, 26 de noviembre de 2015

Leyenda de la Muerte de Telémaco o Almaquio - Resumen

----------------------------- -----------------------------------
Leyenda de la Muerte de Telémaco o Almaquio
El Fin de los Combates en el Coliseo
--------------------------  -----------------------

  • Telémaco o Almaquio (f. 391) fue un monje asiático (proveniente de algún lugar de Asia Menor) que vivió en Roma. Se lo recuerda por tratar de abolir los combates entre gladiadores. Es venerado como santo por diversas confesiones cristianas.

Leyenda de la Muerte de Telémaco.

Cuando la soberbia Roma reinaba en todo el mundo y el emperador vivía en su palacio de mármol blanco, el Coliseo era el mayor teatro conocido.
Hoy todavía se conserva, deteriorado y ruinoso por el paso de los siglos. En los tristes días en que Roma sacrificaba, fuera de sus muros, a los apóstoles Pedro y Pablo, el pequeño grupo de cristianos se ocultaba en grandes cuevas subterráneas, a fin de huir de los tormentos y de la muerte. Aún hoy podemos pasear por las catacumbas, solemnes e impresionantes, en las cuales se refugiaban los primeros discípulos de Jesús.
El blanco y monumental Coliseo, con sus varios pisos y sus grandes galerías, capaz para 40.000 espectadores, presentaba un aspecto magnífico. Los romanos iban al circo para presenciar la lucha de las fieras entre sí y las de los gladiadores, hombres de complexión robusta, diestros y tena- ces en la pelea, que no cesaba hasta que el contrario caía muerto. Cuando se celebraba una festividad romana, los cristianos eran arrojados vivos a las arenas del Coliseo para ser devorados por los leones.

Pero el cristianismo fue extendiéndose poco a poco entre los romanos, hasta que el mismo emperador se hizo cristiano. Entonces cesaron tan vergonzosas exhibiciones, y el Coliseo se convirtió en simple circo.

Debido al continuado proselitismo que ejercieron los cristianos a lo largo de 400 años, su número era muy elevado, cuando llegó para ellos y Roma entera una prueba muy dura. Alarico, rey de los godos, se presentó con su ejército ante las puertas de la ciudad de los Césares, la cual hubiera caído de no haber sido por un valiente general y sus soldados, quienes obligaron a los bárbaros a retroceder a sus anteriores posiciones.

Fue tal el regocijo que reinó en Roma, que la gente acudió en tropel al Coliseo, dando vivas al bravo general vencedor. Hubo una gran lucha de fieras y se celebró un magnífico espectáculo, como los que se daban en otros tiempos. Súbitamente, de uno de los estrechos corredores que conducían a la pista, salió un gladiador con lanza y espada. La alegría de los espectadores se desbordó.

Pocos momentos después, otro espectáculo singularísimo llamó la atención de todos los asistentes. Un anciano, descubierta la cabeza y descalzo, se adelantó en medio de la arena, suplicando al pueblo que impidiese el derramamiento de sangre. Al oír semejante súplica, la multitud comenzó a gritar, diciéndole que se callara y se marchase inmediatamente. Se adelantaron los gladiadores y le obligaron a apartarse; pero el noble anciano se puso de nuevo entre ellos. Esta actitud provocó una lluvia de piedras arrojadas por los espectadores contra él, hiriéndolo al mismo tiempo que los gladiadores lo atacaban. Debido a las numerosas heridas sufridas expiró al poco tiempo.

Este anciano era un ermitaño llamado Telémaco, uno de aquellos santos varones que, cansados de las crueldades del mundo, se habían retirado a vivir a las montañas. Hallándose en Roma, con objeto, de visitar los sagrados altares, había visto a las multitudes acudir en tropel al Coliseo y, compadecido de su crueldad, resolvió morir o impedir el espectáculo.

Murió, pero la semilla estaba ya arrojada; todos los ciudadanos responsables y los varones selectos de Roma se conmovieron profundamente. Desde aquel día memorable no hubo ya más espectáculos sangrientos en el gran teatro. Esta lucha de gladiadores fue la última que presenció el famoso Coliseo romano.
 Nunca más la sangre humana mancharía su arena.

...


Hagiografía

Según Teodoreto ―obispo de Ciro (en Siria)― Telémaco provenía de Asia Menor (actual Turquía). Durante una lucha de gladiadores en un circo romano (leyendas posteriores ubicaron la escena en el Coliseo), Telémaco saltó a la arena y trató de separar los combatientes. Los espectadores lo apedrearon hasta matarlo, pero el emperador Honorio lo declaró mártir y poco después (semanas o meses) abolió los combates, medida que ya antes se había intentado sin éxito.

El último combate de gladiadores en Roma sucedió el 1 de enero de 404, por lo que se atribuye a esta fecha la muerte de Telémaco.

Como la prohibición de los gladiadores no consta en el Código Teodosiano (438), hay algunas dudas sobre la veracidad plena de la historia. Por otra parte existe un edicto de Constantino I (272-337) con esa abolición. Además no consta que en el siglo V se hiciera ningún combate entre gladiadores, y en cambio sí hubo luchas de fieras salvajes, que permanecieron como espectáculo circense hasta el final del Imperio.

Variantes de la leyenda

Una variante de la leyenda afirma que Telémaco saltó al anfiteatro y arengó a los asistentes: «Hoy es el octavo día del nacimiento del Hijo de Dios, cesad de la superstición de los ídolos y de los sacrificios sucios». Entonces Alipio, el prefecto de la ciudad, ordenó a los gladiadores que lo mataran.

Según otra versión, Telémaco (llamado Almaco) fue decapitado por orden del prefecto Alipio.

Según otra versión fue cortado en pedazos vivo.




Bibliografia:

www.wikipedia.org 
El Nuevo Tesoro de la Juventud , Tomo 01, Cumbre, 1976  

Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2003.
Nueva Enciclopedia Tematica Grolier 2012
https://www.ecured.cu 


--------------------------  -----------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario